No puedo
encontrar aguas azules
en un
mar de aguas azules.
Los
caminos con fin se han escondido,
no hay
árbol que enseñe su fruto.
Cuando el
día es el mismo día,
un
tiempo repite otro tiempo.
Se hace
el silencio y nada se oye,
nace el
ruido y nada se escucha.
Contemplo
un rio, luego un lago,
el lago
de nuevo rio…
La luz
viene y se marcha,
más
tarde vuelve, después se va.
Se han
ido mis lágrimas
al
desván de lo oscuro.
Huyen
al destierro del tiempo,
a la
sombra de sombras
Van
calladas y vencidas,
agotadas
o muertas.
Son
empleo del guarda,
son la
tumba de los sueños
Ahora regreso
de todas las noches,
noches
blancas de papel,
de
luces improvisadas,
de
horas sin alas…
Aquellas
de sueños a gritos,
de
caricias templadas,
mañanas
y deseos,
futuros
ya ganados.
Por
cada cristal apagado,
se
enciende una vela.
De un
poema enterrado,
hoy nace un verso.
La
niebla no me cubre,
el aire
ya me habla.
Mis
estrellas escondidas,
ya
cumplen deseos.
Quiero despertarte otra luz,
hablar a quién no ha oído.
Besar tu albo rostro,
ser amado y de nuevo amar.
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